CIENCIAS SOCIALES SANTA ISABEL
martes, 23 de febrero de 2021
miércoles, 3 de mayo de 2017
FICHA DE COMPRENSION LECTORA
AMIGO ESTUDIANTE AQUI EN ESTE LINK TIENES LA FICHA DE LECTURA CON
PREGUNTAS QUE DEBES RESPONDER, LUEGO DE HABER LEIDO LOS TEXTOS.
PUEDES BAJAR O IMPRIMIR, DESARROLLAR Y ENTREGAR A TU DOCENTE DE AULA.
https://drive.google.com/open?id=0B3C3JYgRLe8OdWRuUkVTRU5NcHM
PREGUNTAS QUE DEBES RESPONDER, LUEGO DE HABER LEIDO LOS TEXTOS.
PUEDES BAJAR O IMPRIMIR, DESARROLLAR Y ENTREGAR A TU DOCENTE DE AULA.
https://drive.google.com/open?id=0B3C3JYgRLe8OdWRuUkVTRU5NcHM
miércoles, 5 de abril de 2017
LECTURA PARA ESTUDIANTES MES ABRIL
Estimado estudiante el Area de Historia, Geografía y Economía te invita a leer estos tres textos como parte del plan lector de la institución educativa. Posteriormente te haremos llegar la ficha de lectura con actividades que debes desarrollar.
LA IDEOLOGÍA NAZI, EL ECLIPSE Y CUENTOS DE ECONOMÍA
Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponía a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo. Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas. Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida. -Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
LA IDEOLOGÍA NAZI, EL ECLIPSE Y CUENTOS DE ECONOMÍA
BIOGRAFÍA DE ADOLF HITLER
IDEOLOGÍA NAZI Y EL ESPACIO VITAL
HITLER ADOLF (189-1945)
(Brannau-am-Inn, Austria, 1889-Berlín, 1945)
(Brannau-am-Inn, Austria, 1889-Berlín, 1945)
De
Personalidad compleja, a la vez mediocre y carismática, Adolf Hitler marcó para
siempre la historia del mundo, al encarnar, mediante el culto al Führer,
la dictadura nazi, que rebasó los límites de la monstruosidad y la barbarie en
el siglo XX.
Clave
de la ideología y el régimen, Adolf Hitler, fundador y caudillo del
nacionalsocialismo, ha sido estudiado por sus biógrafos desde todos los puntos
de vista, incluido el psicoanalítico, como el trabajo realizado por el doctor
Langer durante la Segunda Guerra Mundial por encargo del gobierno
norteamericano.
A
pesar de su personalidad enigmática, pocas dudas subsisten sobre el personaje;
sin embargo, la cuestión historiográfica no reside en perfilar su retrato real,
sino en discernir la imagen que de él se forjaron su Partido y el pueblo alemán
en un proceso de deificación.
BIOGRAFÍA
ADOLF HITLER: Político alemán de origen austriaco.
Nació el 20 de abril de 1889 en un medio modesto. De niño demostró una gran
inteligencia, así como un carácter obstinado. Su padre era aduanero
en Braunau am Inn,
Austria (el futuro jefe del Estado nazi obtuvo la nacional alemana en 1932).
Después de realizar estudios mediocres, el joven, convencido de sus
talentos artísticos, intento en vano ingresar en la Academia de bellas artes de
Viena. Sin embargo, la existencia que llevaba en la capital austríaca
distaba mucho de sus sueños como pintor. Malvivió durante unos años vendiendo
sus acuarelas a los turistas.
Entre
1909 y 1913, Hitler conoció los comedores de beneficencia y los albergues
nocturnos, y descubrió la hostilidad contra el régimen democrático, el
antisemitismo y el pangermanismo, temas que se convirtieron posteriormente en
las bases de su visión del mundo.
Se
alistó como voluntario en el ejército bávaro en el que alcanzó el grado de
cabo, resultó herido en un ataque con gases que le dejó temporalmente ciego y
fue premiado con las cruces de Hierro de 1a y 2a Clase. Mas tarde también
resultaría lastimado por un ataque de gas que lo dejó internado con una ceguera
hasta después del final de la guerra.
La
actuación de Hitler en armas puede considerarse más que satisfactoria.
Inicialmente se le había declarado en Salzburgo no apto para el ejército, pero
en 1914 pudo alistarse como voluntario para ser destinado a Somme. Fue ascendido
a cabo y condecorado por su valor en combate. Poco antes del final de la
guerra, Hitler quedó temporalmente ciego por un ataque con gases tóxicos,
aunque se ha argumentado que en realidad su ceguera fue una reacción histérica
ante la derrota alemana. Años después expresaría que al quitarse la venda que
cubría sus ojos descubrió que el objetivo de su vida era salvar a Alemania.
Recuperado
regresó a Munich, donde presenció la proclamación de la República en noviembre
de 1918. Aquí, se confirmaron sus ideas acerca de los verdaderos enemigos de
Alemania, que eran para él los socialistas y
los judíos,
quienes habían protagonizado la revolución de noviembre. Y en células del
ejército en las que se creía que la derrota alemana se debía a la traición
interior, se iniciaron sus primeros contactos con el Partido Obrero Alemán
(DAP), cuyos dirigentes, el ingeniero Peder y el escritor Eckart, se
distinguían por su antisemitismo y su pangermanismo.
Hitler
estaba muy molesto con la derrota de Alemania, quien culpaba a todos los
políticos de la república de Weimar como los responsables directos del fracaso
de la guerra y del armisticio deshonroso firmado en Versalles. Para él era como
una “puñalada por la espalda”, y decidió usar todas sus fuerzas para destruir
ese “gobierno traidor”. A la vez fue paradójico, pues ese gobierno que el
acusaba de traidor, fue el factor decisivo en la creación de las condiciones
económicas, sociales y políticas que permitieron que Hitler y su partido
llegaran al poder.
Hitler
comenzó a trabajar como espía para la policía, infiltrándose en partidos
de izquierda. Pero en una oportunidad le fue asignado un pequeño partido
nacionalista de extrema derecha, fundado por Dietrich Eckart. Se trataba del
Partido Obrero Alemán y Hitler se involucró en las actividades con gran
entusiasmo. No tardó en ganar notoriedad fuera del partido por sus discursos
polémicos, atacando el Tratado de Versalles, a políticos y grupos marxistas y a
los judíos, a quienes pronto se vería en toda Alemania como los responsables de
la derrota y el colapso económico.
Este partido no era
sino uno más entre tantos, pero la acción de un Hitler fogoso, entusiasta e
idealista no tardó en transformarlo en un gran movimiento de masas. En 1921, ya
con el caudillo en la conducción, se adoptó el nuevo nombre de Partido Nacional
Socialista Obrero Alemán, NAZI pava sus detractores y enemigos.
Nacionalsocialismo
El nacionalsocialismo, también conocido como nazismo, fue un movimiento político alemán que se constituyó en 1920 con la creación del Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (Nationalsozia-listiche Deutsche Arbeiter-Partei, NSDAP), llamado habitualmente partido nazi. Su apogeo culminó con la proclamación del III Reich, el régimen totalitario alemán presidido entre 1933 y 1945 por Adolf Hitler, responsable del inicio de la Segunda Guerra Mundial y causante del Holocausto.
El nacionalsocialismo, también conocido como nazismo, fue un movimiento político alemán que se constituyó en 1920 con la creación del Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (Nationalsozia-listiche Deutsche Arbeiter-Partei, NSDAP), llamado habitualmente partido nazi. Su apogeo culminó con la proclamación del III Reich, el régimen totalitario alemán presidido entre 1933 y 1945 por Adolf Hitler, responsable del inicio de la Segunda Guerra Mundial y causante del Holocausto.
Anuncio Publicitario
“Putsch
de Munich” o el “Golpe de la Cervecería”: El 8 de noviembre de 1923, Hitler y
su organización irrumpieron en una cervecería a las afueras de Munich,
anunciando sus intenciones de derrocar al gobierno y formar uno nuevo junto a
Ludendorff, reclamando la ayuda de otros dirigentes nacionalistas bávaros y de
las fuerzas militares locales en la tarea de marchar sobre Berlín, remedando de
algún modo la marcha sobre Roma de Mussolini, a la que ya nos hemos referido.
Cuando Hitler y sus seguidores marcharon desde la cervecería hasta el
Ministerio Militar Bávaro, la policía disolvió la revuelta inmediatamente y sin
dificultad. Hitler se refugió en la casa de un amigo y hasta pensó en
suicidarse.
Los
dos cabecillas (Hitler y Ludendorff) fueron detenidos y juzgados; las penas,
empero, fueron muy leves, y Hitler aprovechó la reclusión para escribir Mein
Kampf, libro en el que condensaba todo su
pensamiento político. Libro que dictó en la prisión de Landsberg a Emile
Maurice y Rudolf
Hess, es considerado la Biblia del
nazismo, pero dista de ser un tratado doctrinal, y en sus páginas abundan más
las digresiones y reiteraciones de ideas muy simples que la veta ideológica. Se
conservan sus discursos y las conversaciones con algún interlocutor previamente
seleccionado, pero con todo aparece más como un activista, cuyo único designio
fuera alcanzar el poder, que como un estadista.
Fue
arrestado por alta traición y sentenciado a cinco años de prisión en la cárcel
de Landsberg, aunque recibió un trato privilegiado, y fue liberado en diciembre
de 1924 como parte de una amnistía a los prisioneros políticos. Durante su
estadía en la prisión, Hitler redactó el libro Mein Kampf (“Mi Lucha”), que más
tarde se convertiría en ideario y libro sagrado de los nazis. Las
ideas expuestas en Mein Kampf se repiten obsesivamente. Su desprecio por la
democracia sólo es superado por el que muestra por las razas inferiores, entre
ellos los eslavos, y por el odio irracional hacia los judíos. El mundo se
concibe regido por la fuerza: “Lo primero de todo, el combate; luego, tal vez
el pacifismo”.
Hitler
se fotografía con otros acusados en el proceso por el putsch de Munich, entre
ellos, en el centro, el muy laureado mariscal Ludendorff y Frick (tercero por
la izquierda, figura clave de los primeros momentos del nazismo y ministro en
el primer gabinete presidido por Hitler, en 1933.
El
fracaso del intento de derrocar la República mediante un golpe de Estado llevó
a Hitler a adoptar la estrategia de la legalidad, aceptando las reglas de
Weimar, imaginando que podía manejarse dentro del marco de la legalidad hasta
concentrar suficiente poder como para alcanzar el gobierno.
En
abril de 1932, Hindenburg fue
elegido presidente del Reich, con 19 millones de votos, pero aquel a quien
llamaba con desprecio el «pequeño cabo bohemio» obtuvo 13 millones de
sufragios. En enero de 1933, Hindenburg fue convencido por el excanciller Franz
von Pappen (1879-1969) de que Hitler era la única persona que podía gobernar
Alemania y lo nombró canciller antes de que terminara el mes. Se había iniciado
el proceso que culminaría en uno de los conflictos más horrorosos de la
historia.
Posteriormente,
disolvió el Reichstag por
primera vez, en julio de 1932, y por segunda vez en noviembre, con la esperanza
de que el NSDAP retrocediera.
En efecto, esto sucedió el 6 de noviembre, cuando el Partido nazi perdió 2
millones de votos y 34 escaños en el Reichstag. Las
finanzas del partido estaban en su peor momento.
Nunca
la conquista del poder había parecido tan lejana. ¿Acaso era el principio del
fin para el Partido nazi? En realidad, aprovechando hábilmente la violencia
callejera y los discursos tranquilizadores dirigidos al ejército y a los medios
financieros, Hitler logró ser aceptado, y en 1933, Hitler fue nombrado
canciller con el apoyo de los partidos de derechas.
Provisto
de un bagaje político elemental, este hombre orientó todo, incluso sus
defectos, al servicio de la conquista del poder. Fueron indudables sus dotes de
actor, capaz de la representación histriónica en todo momento, haciendo
equilibrios en sus ataques de ira. Uno de sus biógrafos, Gisevius,
que le trató personalmente, describe sus furias ante una queja o un
disentimiento, por leves que fueran: “Ofrecía una estampa espeluznante.
Pelos enmarañados, ojos desorbitados, rostro descompuesto y purpúreo. Hubo un
momento en que temí verle caer redondo al suelo, víctima de un ataque
apoplético”.
Cuando
Hitler logró consolidarse con su poder inició una táctica política para
controlar toda la vida pública del país. Ignoró y sometió las instituciones de
la democracia e inició su puesta en escena de la aplicación de sus teorías
antisemitas expresadas en el libro sagrado NAZI. También hablaba del espacio
vital para Alemania, y para ellos debía recuperar los territorios anexos que
antes había sido entregados en aquel pacto traidor de 1918. De esta manera
comienza una presión política internacional, que a corto plazo llevaría a la
Segunda Guerra Mundial.
Una
de sus primeras medidas fue eliminar a los colaboradores de dudosa fidelidad
que operaban dentro de su propio partido y al mismo tiempo inició la
persecución, y poco después liquidación sistemática, de los diferentes grupos
raciales, políticos, sociales y religiosos que él consideraba enemigos de
Alemania y razas impuras: judíos, gitanos, comunistas, enfermos mentales,
discapacitados, testigos de Jehová y homosexuales, entre muchos otros.
En
1935, comenzó con el rearme de Alemania, restableciendo el servicio militar, un
ejército y una marina potentes y unas nuevas fuerzas aéreas, a la vez que
repudiaba todas las cláusulas del tratado de Versalles. En marzo de 1936 lo
violó al ocupar Renania, zona desmilitarizada, ante la pasividad de Inglaterra
y Francia. Cuando en julio de 1936 se inició la Guerra Civil española, un
asunto al que ya hicimos referencia al hablar de Mussolini, Hitler recibió una
petición de ayuda del general Franco, sublevado contra el gobierno de la
República, y el envío de tropas le sirvió a Hitler para entrenar al nuevo
ejército alemán y sus métodos de combate.
En
1937, llevó a cabo una purga en las fuerzas armadas y se autoproclamó
comandante en jefe de las mismas. En 1938 se anexionó Austria, la región de los
Sudetes en Checoslovaquia y la comarca de Memel en Lituania. Su política
expansionista lo llevó a ocupar el llamado “corredor de Danzig”, un territorio
bajo jurisdicción polaca. La firme resistencia de Polonia y el apoyo prestado a
dicho país por Francia y Gran Bretaña conllevaron el estallido de la Segunda
Guerra Mundial.
Mediante
una pacto de no agresión con Rusia, Hitler consiguió el beneficio de la
neutralidad de Rusia, y de esta manera tuvo “sus espaldas” tranquilo para poder
concentrar sus fuerzas bélicas en el frente occidental Polonia, Bélgica,
Holanda, Dinamarca, Francia e Inglaterra. Cuando confirmó que no podía vencer
tan fácilmente a la ofensiva inglesa, quienes tuvieron una excelente actuación
frente a los agresivos ataques alemanes mediante aviones y bombas de largo
alcance y máximo poder, decidió contra las sugerencias de los altos mandos del
ejercito alemán, romper el acuerdo con Stalin e iniciar un ataque masivo sobre
las principales ciudades rusas para ocupar su territorio que contaba con
importantísimas reservas de recursos que Alemania necesita para su guerra.
Los
alemanes fueron detenidos en Stalingrado y se inició el contraataque del
Ejército Rojo. La invasión no sólo no había logrado el triunfo rápido que
Hitler quería, sino que los rusos empezaban a marchar hacia el Oeste.
Por
otro lado, cometiendo un segundo error táctico Hitler había declarado la guerra
a EE.UU., que obligaron a este poderoso país a comenzar un ataque en Europa.
Fue un error porque EE.UU. estaba mas preocupado en atacar a Japón por sus
acciones inesperadas en Pearl Harbor, que involucrarse en la guerra mundial,
por lo que de alguna manera el caudillo nazi firmó su propia sentencia de
muerte.
A
partir de las derrotas en El Alamein y Stalingrado,
los planes de Hitler se volvieron cada vez más vacilantes y torpes. Los rusos
forzaron el retroceso alemán y el 6 de junio de 1944 los ejércitos aliados
desembarcaron en Normandía, norte de Francia, en lo que fue la operación
anfibia más grande de la historia.
Cuando
veía que su proyecto para un gran Alemania, dueña del mundo se esfumaba, decide
tomar personalmente el mando de sus soldados, marginando al grupo de hombres
que siempre lo habían apoyado. Así también muchos veían un final atroz a corto
plazo por lo que descontentos buscaron soluciones mas “prácticas y rápidas”
para dar un final a esta larga guerra sanguinaria. Se organizó en 1944 un plan
conocido como Operación Valkiria para intentar asesinarlo con una bomba debajo
de su mesa cuando Hitler planeaba nueva tácticas militares para defender las
ofensivas en diversos frentes. La operación falló porque unos de los
comandantes alejó el maletín de la bomba porque le molestaba para trabajar. La
bomba explotó, hubo heridos y el Furher apenas
resultó lastimado. La venganza y persecución posterior contra los conspiradores
fue implacable.
La
guerra continuaba, mal para Alemania, los aliados seguían ganando territorios,
los alemanes se replegaban, muchos desertaban y el final era evidente. Sólo era
cuestión de tiempo para destrozar totalmente a este país colmado de NAZI
fanáticos, que a pesar de esta tragedia, no detuvieron el genocidio judío y que
inclusive se postergaron recursos bélicos en el frente para se reorientados
hacia los campos de concentración. Era mas importante eliminar judíos que ganar
la guerra o perderla con honor.
Hitler
vivía aislado del mundo en sus búnkers durante
los dos últimos años de la guerra, dando órdenes imposibles de cumplir,
mientras los jerarcas de su partido se centraban en gobernar los territorios
que aún controlaban los soldados alemanes. Recluido en un refugio de hormigón
que mandó a construir bajo los jardines de la Cancillería, vivió las últimas
semanas de su vida en un Berlín asediado por el Ejército Rojo.
Hitler
quería que todo lo relacionado con él fuera eliminado, dejó órdenes claras para
luego de su suicidio. La defensa debía continuar hasta las últimas
consecuencias, inclusive recurrir a niños para tomen armas en defensa de
su pueblo ario. Su último día fue
el 30 de abril de 1945, luego de redactar su testamento político, almuerza con
sus secretarias. Ordena instrucciones para su cremación y a las cuatro de
la tarde en compañía de su amante, Eva Braun se encierra en su dormitorio,
escuchándose un disparo a los pocos instantes.
Muere
el gran dictador alemán, solo Bormann y Goebbels le siguieron siendo fieles,
los demás jerarcas intentaron algún arreglo con los aliados y de esta manera el
sueño dorado de un Reich de mil años sólo quedaron ruinas.
Adolf
Hitler se suicidó junto con su amante y secretaria Eva Braun,
con quien había contraído matrimonio horas antes, el 30 de abril de 1945.
con quien había contraído matrimonio horas antes, el 30 de abril de 1945.
EL
ENTORNO FIEL DE HITLER
Hermann
Goring (1893-1946).
Se distinguió como aviador durante la Primera Guerra mundial, y luego participó en el fallido golpe (putsch) de Munich en 1923. Ministro del aire en 1933, se le encargó la ejecución del plan cuadrienal lanzado en 1936. Su influencia disminuyó durante la guerra, en beneficio de Himmler.
Se distinguió como aviador durante la Primera Guerra mundial, y luego participó en el fallido golpe (putsch) de Munich en 1923. Ministro del aire en 1933, se le encargó la ejecución del plan cuadrienal lanzado en 1936. Su influencia disminuyó durante la guerra, en beneficio de Himmler.
Heinrich
Himmler (1900-1945).
Después de haber participado en el golpe de Munich, fue nombrado Reichsführer SS en 1929 y convirtió la SS en la fuerza que controlaba el conjunto de las policías alemanas.
Después de haber participado en el golpe de Munich, fue nombrado Reichsführer SS en 1929 y convirtió la SS en la fuerza que controlaba el conjunto de las policías alemanas.
Joseph
Goebbels (1897-1945).
Adherente del Partido nacionalsocialista a partir de 1922 y virulento orador, encabezó el ministerio de la información y la propaganda en 1933.
Adherente del Partido nacionalsocialista a partir de 1922 y virulento orador, encabezó el ministerio de la información y la propaganda en 1933.
Rudolf
Hess (1894-1987).
Ayudó a Hitler a redactar Mein Kampf mientras permanecían prisioneros. Ministro sin cartera en 1933, fue designado como el sucesor de Hitler en 1939 y despegó rumbo a Inglaterra en 1941, por razones desconocidas (Se supone para un proyecto de una alianza contra la U.R.S.S.). Falleció en cautiverio en 1987.
Ayudó a Hitler a redactar Mein Kampf mientras permanecían prisioneros. Ministro sin cartera en 1933, fue designado como el sucesor de Hitler en 1939 y despegó rumbo a Inglaterra en 1941, por razones desconocidas (Se supone para un proyecto de una alianza contra la U.R.S.S.). Falleció en cautiverio en 1987.
En
los campos de exterminio millones de hombres, mujeres y niños perecieron. Los
sobrevivientes prefirieron callar durante años el calvario que habían padecido
El
exterminio de los judíos en Europa: Designada con el término Holocausto, o con
la palabra hebrea Shoah, que significa «destrucción», la masacre sistemática de
los judíos en Europa a manos de los nazis se remonta para algunos historiadores
al otoño de 1941, y para otros a la conferencia de Wannsee, realizada en enero
de 1942. El historiador Raúl Hilberg calculó el número de víctimas en 5.100.000
personas, de las cuales tres millones corresponden a las fallecidas en los
campos de la muerte. Transportadas en trenes por toda Europa, las poblaciones
judías, mezcladas con aquellos que los nazis consideraban hombres inferiores
(cíngaros, eslavos, homosexuales), fueron exterminadas en las cámaras de gases,
o murieron debido a los malos tratos o el trabajo forzado. En este asesinato
colectivo e industrial, Auschwitz, un campo de concentración y exterminio
ubicado en Polonia, se convirtió en un símbolo a partir de enero de 1945, luego
que los soldados soviéticos lo liberaran: en tres años, un millón de personas
fue asesinada en ese lugar.
EL SUICIDIO DE
HITLER: Ese 30 de abril dio
su ayudante Otto Günsche expresas instrucciones de lo que
debían hacer con su cadáver y el de su flamante esposa Eva Braun. Hitler estaba
obsesionado en eliminar todo lo relacionado con su figura, y supuestamente
deseaba evitar ser mostrado como símbolo del triunfo aliado, y lo que era peor
aún, el segundo fracaso de Alemania en una guerra mundial. Luego de las
órdenes, dicta su testamento y se retira junto a Eva a su despacho personal donde
a los pocos minutos se escucha un disparo.
Cuando sus
ayudantes ingresan Hitler yace muerto en su sofá y Eva Braun estaba recostada
al otro extremo con los ojos abiertos y una mueca de dolor en su rostro, una
pistola estaba en la mesa a su disposición, pero no alcanzó a usarla, pues el
cianuro había actuado rápidamente.
El
mismo día 30 se despidió de su plantilla, comió tranquilamente con la señora
Hitler y ordenó al criado y al chófer que trajeran 200 litros de gasolina y los
dejaran en el jardín, sobre el bunker. El criado siguió sus indicaciones, pese
a la dificultad que suponía encontrar semejante cantidad de gasolina en el
tiempo requerido. La pareja se retiró a su habitación, y el criado oyó un
disparo. Cuando abrió la puerta se encontró a Hitler con una herida de bala en
la cabeza y a Eva envenenada.
Ambos cuerpos
fueron llevado fuera del bunker e incinerados rociándolos con combustible (muy
difícil de conseguir por esa época de la guerra). De todas maneras aún siguen
los defensores de que solo fue una teatralización, que en realidad Hitler no
murió y que había logrado escapar en submarino, para llegar a las costa de
Sudamérica.
Muchas preguntas
han sido formuladas sobre este tema, y más de medio siglo después de los hechos
no se pueden responder con seguridad. Los testimonios, incluido el criado de
Hitler, Heinz Linge, que en 2003 seguía vivo, declararon que Hitler se envenenó
y se disparó.
Linge dijo que él
mismo había cremado los cuerpos y enterrados en el jardín. Los rusos entraron
el 2 de mayo de 1945 al búnker pero jamás encontraron los restos quemados, solo
prendas que podían ser de su mujer. Posteriores búsquedas dieron con todos los
cadáveres de la familia Goebbels y de un hombre que hacía de doble de Hitler.
MITOS DEL FÜHRER:
Una vez convertido en Führer de Alemania, fue
deificado y objeto de la adoración de las muchedumbres, en un proceso de
identificación líder-pueblo que ofrece perfiles inexplicables y que responde,
probablemente, a algún tipo de patología social.
Este culto se convirtió en un rasgo esencial
del Estado nazi. Al historiador le corresponde buscar las bases de la autoridad
carismática. Uno de los máximos especialistas, Kershaw, de la universidad de Nottingham, ha señalado seis motivos en la génesis del mito del Führer.
1. Personificaba la nación por encima de los
intereses particulares y egoístas de individuos y partidos.
2. Se le consideraba artífice del milagro
económico alemán de los años 30, al eliminar el paro de 6 millones de personas.
3. Se le vio como representante de la justicia
popular contra los enemigos del pueblo, aunque en la administración de esa
justicia se recurriera al crimen, como ocurrió en la masacre de las SA en 1934.
4. Por algunos grupos, entre ellos autoridades
eclesiásticas, se le estimaba un moderado rodeado de fanáticos, que le
ocultaban los excesos.
5. En las relaciones internacionales era un
valeroso defensor de los derechos de Alemania.
6. En los primeros años de la guerra parecía
justificar su fama de genio militar, que conducía de forma infalible los
ejércitos.
En definitiva, Hitler aparecía como el bastión
frente a los grandes enemigos: bolcheviques, socialistas, judíos y potencias
rivales.
Los mismos que le encumbraron fueron los
primeros catecúmenos de esta nueva religión del héroe. En el juicio de
Nuremberg, los líderes nazis, derrotados y amenazados por severísimas
sentencias, no dejaron de ensalzar la memoria de su Führer. Para Alfred
Rosenberg el “motor infatigable de las grandes realizaciones del Estado
nacionalsocialista”, para Hans Frank “una especie de superhombre” y para Von Schirach, jefe de las juventudes hitlerianas, un “aliado de la Providencia”.
Adolf Hitler, consciente de que la propaganda
debía estar bien presentada para ser realmente efectiva, aficionado
al cine y antiguo estudiante de arte, pidió a Leni Riefenstahl, de 32 años, que
grabara el congreso nazi anual de Nuremberg de 1934. La película de
Riefenstahl, estrenada en Alemania en 1935, es el documental más controvertido
que se ha filmado: El triunfo de la voluntad, una oda innovadora y
electrizante, dedicada a Hitler y a su partido.
Frente al potencial aburrimiento que
provocaría la oratoria subida de tono de los oradores, el público estático y
los desfiles interminables, Riefenstahl, antigua bailarina y actriz cuyo debut
como directora con La luz azul (1931) había constituido un éxito artístico y
comercial, llevó a cabo una dirección brillante, con movimientos de cámara
constantes, composiciones visuales sorprendentes y una emocionante banda sonora
pseudowagneriana para crear una película que flaquea en pocos puntos.
El Hitler de Riefenstahl es un dios, que
desciende de forma etérea de su aeroplano al principio de la película, filmado
en tomas desde abajo durante el resto de la película. Cada gesto y cada palabra
suya son recibidos por una multitud extasiada. El triunfo de la voluntad, a
pesar de la condena ética que suscribe, es todavía hoy una obra maestra del
cine documental y una referencia imprescindible para las técnicas de propaganda.
La juventud «un material humano»
Con la juventud daré comienzo a mi gran obra
educativa, dijo Hitler.
Nosotros, los viejos, estamos gastados. Sí, ya somos viejos. […].
Nosotros, los viejos, estamos gastados. Sí, ya somos viejos. […].
Mi pedagogía es dura. Educaremos una juventud
ante la que el mundo temblará.
Una juventud violenta, imperiosa, intrépida, cruel. Así es como la quiero. Sabrá soportar el dolor. No quiero encontrar en ella nada débil ni tierno.
Una juventud violenta, imperiosa, intrépida, cruel. Así es como la quiero. Sabrá soportar el dolor. No quiero encontrar en ella nada débil ni tierno.
Quiero que tenga la belleza y la fuerza de las
fieras jóvenes. La adiestraré en todos los ejercicios físicos. Ante todo, que
sea atlética: es lo más importante. […].
No quiero ningún tipo de educación
intelectual. El saber no haría más que corromper a mis juventudes. Que sepan
sólo aquello que puedan aprender por medio del libre ejercicio de la curiosidad
y la emulación. La única ciencia que exigiré a estos jóvenes es el dominio de
sí mismos. Aprenderán a vencer el miedo.
BIBLIOGRAFIA:
EL ECLIPSE
Cuando Fray Bartolomé Arrazola se sintió
perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo
había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se
sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza,
aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el
convento de Los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de
su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor
redentora.
Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponía a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo. Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas. Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida. -Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas, lo miraron fijamente y Bartolomé
sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo,
y esperó confiado, no sin cierto desdén. Dos horas después el corazón de Fray
Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los
sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de
los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una las
infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos
de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa
ayuda de Aristóteles.
(El eclipse - Augusto Monterros
EL GATO CON BOTAS
Aquel era
un hermoso país y el Mercado quería poseerlo. Pero tenía pocas esperanzas
porque sus habitantes eran felices en su sencillez y el mercado era para ellos
solamente el sitio a donde se iba a hacer la compra. El terrible Mercado tenía
un esbirro, y este, viendo a su amo tan deseoso de reinar absolutamente en
nuestro país le dijo un día:
- No os
preocupéis mi señor, que las tierras y gentes que ambicionáis serán pronto
vuestras. Dadme permiso para actuar y
pronto caerán en vuestras manos como fruta madura. Conseguido el permiso el
esbirro se puso inmediatamente a actuar. Así al levantarse por la mañana todos
los habitantes del país ambicionado se encontraron junto a su cama con un
pequeño obsequio y una nota que decía:
"Regalo
de mi señor el Mercado. Acudid a la Plaza Mayor y tendréis más información
sobre mi augusto señor" Y muchos acudieron. Cuando ya se había reunido
suficiente gente, el enviado del Señor Mercado se dirigió a ellos.
- Todos
vosotros ya habéis recibido - les dijo - una primera prueba de lo que el
Mercado puede hacer por vosotros. Pero eso es sólo el comienzo. He visto que
vivís bien y en paz, pero os aseguro que viviríais mucho mejor y con más
tranquilidad si el Mercado se enseñoreara de vosotros. Usáis sólo el mercado
para lo indispensable y vuestra felicidad y libertad aumentarían si todos los
aspectos de vuestras vidas estuvieran determinados por él. Pero - continuó -
todos sabemos que una imagen vale más que mil palabras, y así os propongo que
una delegación de vosotros visite un país en el que el Mercado es el dueño y
señor absoluto.
Puestos a
ser más felices, y dado que el servidor del Señor Mercado iba a correr con
todos los gastos, unos cuantos decidieron ver si era cierto lo que les
contaban, se despidieron de sus familias y partieron. El esbirro eligió un gran
país gobernado por gente sabia, y comenzó a mostrárselo. Empezaron visitando un
maravilloso Parque Nacional.
-
Observar - dijo a la delegación el siervo - la sabiduría con la que el mercado
ha trazado las montañas y los ríos, escuchar el ruido del agua, del viento y el
sonido de los animales libres por la actuación del mercado. Mirad esa limpieza
del aire que sólo el mercado puede lograr. Deleitáos con la paz que estos paisajes
proporcionan y que el mercado ha conseguido.
Y la
delegación estuvo de acuerdo en que nada parecido en belleza a esos parajes
tenía en su humilde país. Las ciudades estaban sumamente cuidadas, el desempleo
no existía y los delitos eran mínimos. Los habitantes de este país sabían que en caso de
enfermedad iban a ser atendidos, que la educación estaba asegurada y que
tendrían derecho a una pensión digna en su vejez, y todo ello, al eliminar
miedos, aumentaba su libertad.
- Fijaros
en la limpieza de las calles que consigue el mercado - explicó el esclavo a la
delegación - mirad como se conserva gracias al mercado esa impresionante
catedral gótica. Observar como, por el sometimiento al mercado, los jóvenes se
enamoran, los niños juegan y los viejos conversan plácidamente en plazas
tranquilas.
- Y aquí
- preguntó uno de los miembros de la delegación - ¿no hay pobres ni mendigos?
- El
mercado no lo consentiría. - Afirmó con aplomo el gran embustero.
Y todos
los invitados al viaje coincidieron en que esa seguridad de las vidas, esa paz
de las gentes y esas ciudades tan agradables no se encontraban en su pequeño
país.
De vuelta
a casa contaron al resto de sus compatriotas todas las maravillas que habían
visto y una gran mayoría pensó en la
conveniencia de que el mercado rigiera sus vidas. Pero uno de los miembros de
la delegación tenía la mosca detrás de la oreja. Así que invitó a su casa a un
grupo de amigos y conocidos y les dijo:
- Todo lo
que os hemos contado es cierto pues eso es lo que vimos, pero yo no estoy del
todo seguro que esas maravillas sean consecuencia del acatamiento del mercado.
Bien es verdad que algunas veces preguntamos a los habitantes de aquel país por
algo que nos parecía muy bueno y nos contestaron que al mercado se debía todo.
Pero me pareció que esa contestación estaba provocada por algún tipo de amenaza
que el siervo del Mercado les había hecho. Lo que os propongo - concluyó - es
que nos organicemos para promover una discusión seria sobre el mercado antes de
precipitarnos en sus brazos.
Y así
constituyeron una organización a la llamaron REFLEXIÓN que se oponía a la
aceptación avasalladora del mercado antes de sopesar las razones y de observar
otros países visitándolos esta vez por cuenta propia.
El enviado
del Mercado veía con suspicacia cualquier tipo de organización, pero está
particularmente le preocupaba seriamente. Así que un día se presentó en una
asamblea de REFLEXIÓN y les dijo:
- Ya sé
que sois poderosos porque estáis organiza dos, pero no creo que pertenezcáis
libremente a esa asociación, sino que
alguien os fuerza a hacerlo.
Sólo os
respetaré - continuó - si me demostráis que vuestra unión es voluntaria, y para
ello deberéis disolver REFLEXIÓN y luego volver a constituirla. Todos los miembros
estaban convencidos de que estaban allí porque les daba la gana, con lo que
para probar su libertad se disolvieron con el ánimo de reconstruirse
posteriormente. Pero no pudieron hacerlo, ya que el enviado del Mercado, fue eliminándolos
uno a uno.
Así, sin
ya oposición, el esbirro marchó a ver a su amo y le dijo:
-Como te
prometí, el país que deseabas es ahora tuyo. Ya puedes dominarle. Y el mercado
lo dominó.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)